Cuba ejemplo de cobertura sanitaria internacional

Por Lianne Fonseca Diéguez - 15 Dic 21 - Noticia - No hay comentarios

La crisis sanitaria mundial en la que estamos, nos ha mostrado con más crudeza, las inequidades preexistentes, y el enorme rezago y desamparo en el que viven millones de personas, particularmente las que pertenecen a los grupos socioeconómicos más desprotegidos, en países de ingresos bajos y medios.

Es necesario anotar que la pandemia de COVID-19 ocasionó un fuerte impacto en los sistemas sanitarios de todas las naciones, mostrando la debilidad y la falta de preparación existente para enfrentar un meteoro como el que estamos viviendo. La pandemia agudiza los acuciantes problemas de un planeta plagado de profundas desigualdades, en el que 600 millones de personas viven en extrema pobreza y donde casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios básicos de salud, en cuya gestión se impone el mercado por encima del noble propósito de salvar vidas.

Para Cuba el desafío ha sido descomunal. Meses antes de que se desatara la pandemia de la COVID-19. En medio de ese contexto asfixiante de guerra económica, aparecieron las primeras señales de alerta sobre la posibilidad de que la COVID-19 se transformara en Pandemia y eso elevó la magnitud de los retos.

Inmediatamente se elaboró un plan de medidas, sustentadas en nuestras fuerzas fundamentales: Un estado organizado, responsable de velar por la salud de sus ciudadanos y una sociedad con elevado grado de participación en la adopción de decisiones y en la solución de sus problemas.

La obra de años dedicando recursos a desarrollar y fortalecer la Salud y las ciencias ha sido puesta a prueba y la evolución de la epidemia en Cuba en los dos últimos meses está demostrando cuánto pueden impactar las políticas de inversión social en el enfrentamiento a los mayores y más inesperados desafíos.

A pesar de las inmensas restricciones que nos impone el prolongado bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, que convierten en un gran reto cotidiano el mantenimiento del sistema de salud pública y, en particular, el enfrentamiento a esta pandemia, hemos garantizado el derecho a la salud del pueblo cubano, con la participación de toda la sociedad.

 

El desarrollo científico nos ha permitido el tratamiento exitoso de disímiles enfermedades transmisibles, tanto en el país como en otras naciones. En esta ocasión, la industria farmacéutica ha intensificado la producción de medicamentos de probada eficacia en la prevención y enfrentamiento a la COVID-19, que hemos compartido con otros países.

En respuesta a solicitudes recibidas, 25 nuevas brigadas de profesionales cubanos de la salud se han incorporado en el último mes a los esfuerzos de 23 países para combatir la pandemia, sumándose a las que ya prestaban servicios en 59 Estados, muchos de ellos miembros del Movimiento de Países No Alineados.

Cuba no abandonará su vocación solidaria, aunque el gobierno de los Estados Unidos, por razones políticas, continúe atacando y obstaculice la cooperación internacional que nuestro país brinda, lo que pone en riesgo el acceso de decenas de millones de personas a los servicios de salud.

Colaboración. Lic. Dianisel Ballester Garrido

 

 

 

 

 

 

 

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